La pronunciada retracción del producto bruto interno entre enero de 2001 y el mismo mes de 2002 (16%), contrasta con el crecimiento posterior de ese indicador a una velocidad y por un tiempo con escasos precedentes históricos: tasas anuales de crecimiento en muchos casos superiores al 10% en el período 2003-2006. Este panorama tuvo su correlato en el mercado laboral. Uno de los indicadores tradicionales da cuenta de este proceso: la tasa de desocupación pasó de un 22% en octubre de 2002 a un 8% en el primer semestre de 2006. La tasa de empleo aumentó también de manera ostensible en los cuatro años del período. Hay algunas evidencias recientes —aunque fragmentarias aún— de avances favorables en aquellas dimensiones relacionadas con la precariedad laboral y el no registro de la mano de obra. Todos los indicadores del mercado laboral (tasa de desocupación, de precariedad, de no registro, entre otros) para el período precedente (1998 a 2003) provocaron cierta zozobra en los tomadores de decisiones públicas. La escasez de trabajo y de puestos de calidad, fue quizá la discusión que ocupó el centro de las discusiones relacionadas con cuestiones sociales y políticas de principios del presente siglo en la Argentina. El nuevo escenario plantea, creemos, nuevas preguntas y nuevos debates. En este sentido, el presente trabajo pretende aportar evidencia empírica a los interrogantes siguientes: ¿Cómo impactó la última recuperación económica en la desocupación, la precariedad laboral y el no registro en la Argentina? ¿Ese impacto tuvo simetría regional o fue más notorio en algunas regiones que en otras? ¿Si la simetría no se observó, entonces: Cuáles fueron las regiones en los que el desempleo, la precariedad y el no registro disminuyó más? ¿Cuáles fue el origen del cambio: la estructura de la población activa o su disposición o propensión a la ocurrencia del fenómeno propiamente dicha? En esta investigación se usan datos provenientes de la Encuesta Permanente de Hogares Continua, centrándose el análisis en variables referidas a situación ocupacional, calidad de la ocupación y no registro de la misma. Se computan indicadores descriptivos por región estadística. Luego se descompone micro-econométricamente la fuente de los cambios registrados.