Ante situaciones que no esperamos o que sí esperamos, pero a las que no sabemos cómo afrontar se presentan diferentes formas de abordarlas. Formas que parten del miedo o desazón hasta la alegría cuando aprendemos a sobrellevarlas y salir airosos. Estas actitudes están íntimamente relacionadas con el cerebro triuno y desde el Coaching aplicamos diferentes técnicas y competencias para sacar lo mejor de la persona en pos de su desarrollo. En este trabajo pretendo conjugar cómo la dimensión biológica cerebral está íntimamente ligada con la toma de decisiones, pero no solo lógicas sino emocionales (inteligencia emocional) y la importancia de trabajarlas en conjunto para que el ser humano saque el mayor provecho de las mismas para su vida diaria laboral o personal