En este artículo intentaremos un análisis crítico de la célebre crítica de la fenomenología merleaupontyana en términos de una presunta oscilación entre ?positivismo? y ?escatología?, por medio de un diálogo con algunas de las interpretaciones previas de este debate. Como intentaremos demostrar, atribuir a Merleau-Ponty una reducción ?positivista? de la epistemología equivaldría a pasar por alto su insistencia en que nos apartemos de la autocomprensión que las ciencias empíricas ofrecen de sus propios resultados; esto es, pasar por alto sus objeciones fenomenológicas a los marcos ontológicos ingenuos del ?pensamiento objetivo?. Más aun, según argumentaremos, si reconstruimos el presunto ?positivismo? de Merleau-Ponty en términos de una ?verdad reducida a lo empírico?, esta lectura solo sería sostenible sobre la base de comprender la ?experiencia vivida?, analizada por el fenomenólogo francés, como si se tratase meramente de un punto de partida genético, empírico, y no reconocer la relación epistémica que, de acuerdo al fenomenólogo, existe entre tal ?experiencia vivida? y las descripciones en tercera persona ofrecidas por la ciencia. En cuanto al cargo de ?escatología?, aparentemente aplicado al fenomenólogo en virtud de sus deudas al pensamiento marxista, intentaremos probar que (sea que se lo comprenda en un sentido estrictamente epistemológico, o en conexión con una presunta adhesión merleaupontyana a cierta filosofía de la historia), se demuestra insostenible una vez que tomamos en consideración el carácter matizado de su aceptación de ciertos aspectos del materialismo histórico.