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Las huellas de la colonización y el deber de la memoria: Apuntes desde el cine documental surcoreano
Alvarez, Maria del Pilar.
Revista Estudios de Asia y África, núm. 151, 2013, pp. 381-410.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pfzg/ynf
Resumen
Desde 1965 – año en el que se reinician las negociaciones diplomáticas entre ambos países mediante la firma del Tratado de Normalización de las Relaciones Diplomáticas-, Corea del Sur y Japón redefinieron sus interacciones en función de una separación pragmática entre economía política y políticas socio-culturales. Esta disociación, relegó la importancia de incorporar cuestiones políticas sensibles a la agenda gubernamental nacional e internacional. Será recién en 1998 que el entonces presidente de Corea, Kim Dae Jung, y el Primer Ministro Japonés, Obuchi Keizo, firmaron el primer acuerdo que planteaba limar asperezas y buscar un acercamiento a través del intercambio cultural. A medida que las relaciones diplomáticas tendientes a promover el desarrollo económico se consolidaron, las heridas y dilemas del pasado adquirieron mayor significación diplomática alcanzando en los últimos 15 años una importancia sin precedente, aunque aún contradictoria. Estas peculiaridades, que le han dado forma a las dinámicas entre ambos países y a los modos en los que se percibe en Corea del Sur al otro (colonizador), se han reflejado en el cine desde tópicos y estéticas muy diversas. En las primeras películas de “resistencia” surgidas bajo dominio japonés se apela, como en Arirang (1926), When the Sun Rises (1927) o A Ferry Boat thay no one Owns (1932), a lenguajes simbólicos e indirectos para denunciar la opresión sufrida. A este “cine nacionalista” le seguirá, durante el período postcolonial (transición en el cine), una serie de filmes - el caso más emblemático es Hurray For Freedom! (1946) - que retoman historias ficcionales de supuestos héroes de la liberación. Desde estas primeras obras hasta fines de los años 80s, el cine recurrió a los conceptos de explotación versus desarrollo, imperialismo versus resistencia, nacionalismo versus colaboración como ejes ideológicos claves para reconstruir los imaginarios coloniales. En las últimas, se ha producido un viraje hacia el paradigma de la democracia y la defensa de los derechos humanos como prisma a través del cual repensar el pasado. Frente a este nuevo escenario, aparecen una serie de películas que aluden a modos y estrategias disímiles para representar los complejos vínculos entre memoria, historia y política dando lugar a una variedad temática, estética y de géneros desconocida hasta el momento. Sin embargo, el cine documental ha sido un gran “olvidado” en los estudios académicos sobre cine, memoria e historia tanto en Corea como en la academia estadounidense. El objetivo del presente trabajo es constituir el primer aporte en español a los estudios sobre cine documental coreano mediante el análisis comparado de Our School (Kim Myeong Jun, 2006), Cheonggyechon Medley (Kelvin Kyung Kun Park, 2010) y Annyong Sayonara (Kim Tae Il y Kato Kumiko, 2005); los cuales serán ensayados retomando las propuestas teóricas de Bhabha – mimesis, hibridización y traducción - con el fin de repensar y reflexionar sobre las diversas y contradictorias maneras en que se desenvuelven los patrones de memoria, olvido e identidad en el cine documental contemporáneo surcoreano que retoman, directa o indirectamente, la temática del colonialismo.
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