A mediados de la década de 1990 se instalan en la opinión pública y la comunidad académica argentina los estudios e investigaciones en bioética. La difusión de estas reflexiones tiene un doble inicio, por un lado, los organismos internacionales desde la UNESCO y por el otro desde la Pontificia Academia de la vida instaurada por el papa Juan Pablo II. Estos dos inicios simultáneos, uno laico y otro religioso, surgen a partir de la necesidad de regular los avances científicos en relación a la manipulación genética y clonación de la vida humana. Por su parte, la jerarquía católica romana, especialmente centró sus objetivos en vigilar y monitorear los avances científicos de la biología y la biomedicina. Teniendo en cuenta este contexto, el presente trabajo intentará indagar las preocupaciones sobre cuestiones bioéticas de un grupo católico argentino y sus pretensiones de influencia en la elaboración y ejecución de políticas públicas relacionadas con la salud reproductiva.