En un contexto social y educativo que se encuentra desde hace años en constante transformación y movimiento, analizar cómo las políticas públicas implementadas, tanto a nivel secundario como universitario, transforman el campo de la comunicación/educación nos sirven para repensar el modo de implementar y desarrollar estas medidas educativas y pensar otras nuevas.Los diferentes programas desarrollados en los últimos años de secundario (como lo son Educación y Memoria y Educación Sexual Integral entre muchos otros), el Plan FiNes o las nuevas políticas de inclusión y de retención que se han implementado en la Universidad (específicamente en las materias de primer año de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social- UNLP) hablan de una coherencia y una continuidad que se ponen en marcha bajo un solo fin: que los estudiantes se sientan participantes activos en el proceso de aprendizaje.El tema-problema prioritario hoy en la Universidad y en dicha Facultad, tiene que ver con el acompañamiento y la contención de los estudiantes ingresantes que, en muchas oportunidades, se ven abrumados por un mundo que les es totalmente desconocido, conforman uno de los ejes primordiales para la inclusión educativa y por ende, social de los sujetos. Pero también son necesarias estas medidas en la escuela secundaria para que, de esta manera, la zona de pasaje entre una institución y la otra, presente menos conflictividad para los jóvenes.El horizonte político que debe, por lo tanto, albergar la defensa de derechos como el acceso a la educación es la concreción de un sistema inclusivo e igualitario, que debe tener por finalidad primaria garantizar la promoción de políticas educativas que se ajusten al momento específico que esté atravesando el país y a las lecturas que se realicen de ese contexto en particular, en cuanto a la perspectiva de género, de discapacidad, y demás.