Durante el primer cuatrimestre de 2022 dicté clases de Literatura en los centros de rehabilitación de adicciones "Yo pude" y "La razón de vivir" de Florencio Varela. Desde el principio la intención fue incentivar la producción escrita de los estudiantes, quienes mostraron gran interés por las consignas de escritura de ficción que los llevó a producir textos asombrosos y a reflexionar, desde la autoficción, sobre sus propias vivencias y trayectorias. Al principio hubo resistencias, pero luego descubrieron un modo de expresar, sin miedos ni vergüenza, aquello de lo que usualmente no se habla o se condena socialmente. Así, el taller se convirtió en un espacio de resignificación de experiencias, de construcción colectiva de conocimiento, de biografías compartidas a través de la ficción. Por lo tanto, este trabajo explora, a partir de las producciones del grupo y de una crónica detallada de las clases, el poder transformador de la literatura, de la escritura grupal y del diálogo de los estudiantes con los autores que motivaron sus propios textos. También se intenta proponer una mirada distinta sobre la enseñanza de la Literatura en contextos vulnerables, las posibles estrategias didácticas y por qué la literatura tiene mucho que aportar en estos ámbitos.