La ejecución ha sido por siempre el foco de la formación musical. Sin embargo, lo que en general llamamos ejecución incluye un número amplio de desempeños que con la disciplinación de la formación musical se han ido derivando hacia diferentes asignaturas. Así, mientras que la enseñanza de la ejecución instrumental se centró en el desarrollo técnico y el afianzamiento de estrategias para la puesta en acto de obras pre-establecidas generalmente algún soporte no performativo (por ejemplo, una partitura), la habilidad de descodificación de partituras, a la manera de réplica, requirió de otros modos de operar y dio lugar a las prácticas del solfeo. Más recientemente, las prácticas de ejecución en general, y la del solfeo en particular, comenzaron a ser estimadas como propedéuticas del desarrollo del oído musical. El solfeo es visto por un lado como una heurística para la identificación de atributos musicales de acuerdo a las categorías proporcionadas por la teoría musical (McPherson y Gabrielsson 2002) y por otro lado como la contracara de la habilidad de escribir música. De este modo, la ejecución deja de ser un objetivo en sí misma para convertirse en parte de estrategias para facilitar la comprensión y el análisis de la música por audición. Paradójicamente, este contexto da lugar a la reaparición de formas de ejecución que la tradición había desestimado tales como la imitación y la improvisación. De este derrotero se desprende que la relación entre ejecución y audición es dependiente del contexto pedagógico y cultural en el que tiene lugar. De este modo cualquier abordaje pedagógico requerirá una consideración explícita a dicho contexto, hecho que sin embargo no aparece problematizado en los métodos tradicionales de lectura y audición musical. La musicología cognitiva puede brindar aportaciones interesantes para tal atención al contexto (Zbikowski 2002). Por otro lado, a pesar de todo lo que estos métodos hablan de la relación ejecución-audición es poco lo que se sabe de la vinculación psicológica entre ambas capacidades, particularmente como parte de un desarrollo musical más general. En esta dirección, nuevas perspectivas en el abordaje de la cognición permiten establecer una continuidad más natural entre ambos polos a partir de considerar las nociones de ?percepción orientada a la acción? (Leman 2008) y de ?acción orientada a la percepción? (Clark 1998). Los trabajos que se presentan en esta mesa buscan problematizar algunos aspectos de esta continuidad y su inserción en el contexto cultural. Entre ellos se encuentran: (i) el alcance del conocimiento musical que resulta común al desarrollo de ambos campos, (ii) la relación entre ejecución y audición como mecanismo de feedback recíproco, (iii) la ejecución como ?mediadora? de la audición,y (iv) la contextualización de la audición y el juicio de valor derivado, conforme la noción de modelo cultural proveniente del campo de la musicología cognitiva.