El estudio de la experiencia musical es un amplio campo que se arraiga en la psicología, la filosofía, la musicología, las neurociencias, entre otras disciplinas. Movilizado por una búsqueda de principios universales (y universalistas) que expliquen la ubicuidad de la música en términos de su experiencia, el campo ha sido testigo de un creciente número de estudios multiculturales durante las últimas décadas. Un análisis crítico de estos estudios permite identificar en esta perspectiva un sesgo eurocéntrico que los conmina a la lógica del multiculturalismo oficial de finales de la Guerra Fría, que ha recibido tantas críticas desde diversas epistemologías alternativas. En esta ponencia proponemos que un aspecto crucial de la colonialidad epistemológica en este campo está en las metodologías abordadas. La crítica se centra en el hecho de que los estudios en los procesos cognitivos han considerado al método como un componente transparente en el proceso de investigación. De este modo, las comparaciones transculturales se han centrado en su conservación acrítica. Siguiendo algunas propuestas epistemológicas de la psicología cultural (Valsiner, 2017) sostenemos que esta asunción de transparencia no es casual, sino que encierra principios universalistas más arraigados en las concepciones de música y de experiencia musical propios de la tradición occidental que se consolida durante el siglo XVIII a partir de la herencia pitagórica. En tal sentido se destaca la relación de la concepción dieciochesca de música como ?objeto de contemplación? con el apotegma cognitivista clásico que plantea la enculturación musical como resultado de la ?mera exposición a la música? (Stevens, Tardieu, Dunbar-Hall, Best y Tillmann, 2013).Para superar esta dificultad proponemos un enfoque dialéctico en el que la metodología se configura a partir de la observación de las experiencias consideradas musicales por sus propios sujetos, en diálogo con sus propias motivaciones y reflexiones en torno a ellas. Para esto resulta imprescindible adoptar una perspectiva de los procesos de la mente en los que estos puedan identificarse en el compromiso corporal, la interacción del sujeto con el ambiente y con otros sujetos (cognición 4E).Concluimos que esta perspectiva puede acercarnos mejor no solamente a la diversidad cultural de las experiencias musicales, sino a la comprensión local de la experiencia musical en contextos no completamente modelados por aquellos principios universalistas o, más aún, resilientes a ellos.