¿No posee una cuenta?
Reconsiderando el paradigma de segementación en estudios de psicología de la música
Favio Shifres.
Música y Bienestar Humano. Universidad Autónoma de Entre Ríos, Entre Ríos, 2007.
Dirección estable:
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Resumen
El paradigma de segmentación, es un recurso experimental abundantemente utilizado en la psicología de la música. Surge de la idea de que, como la música transcurre en el tiempo, el modo en el que ese tiempo es procesado, puede dar cuenta de ciertos detalles de cómo la música comprendida y vivenciada. La idea de segmentación remite a los estudios semiológicos. En principio alude a la intuición por la cual se identifica qué es lo que produce el significado. Saussure (1916) mostró que para esto es necesario delimitar unidades en la cadena lingüística, de tal modo que dichas unidades impacten en el significado de la cadena. De este modo es posible establecer los signos elementales, es decir aquellos que se vuelven insignificantes al suprimirse alguna de sus partes. Mas allá de los abordajes de inspiración explícitamente lingüística (por ejemplo Nattiez 1987) esta noción habita en muchas tradiciones de análisis musical de las cuales la morfología musical clásica es uno de los exponentes más notables. Sin embargo el alcance de la noción de segmentación no es exactamente la misma. Como heredera de la tradición saussuriana, la semiología musical propone una noción de segmentación como actividad cuya incumbencia está restringida por la atribución de significado. De acuerdo a ella la segmentación es un proceso por el cual se identifican los elementos que impactan sobre el significado musical. Así, el significado regula la segmentación. Por ejemplo, si una secuencia musical es demasiado breve como para determinar significado, entonces no puede ser considerada un segmento (Monelle 1992). Por lo tanto, la segmentación semiológica es el resultado de una operación de análisis, que, cómo tal, involucra algún metalenguaje. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico, segmentar se refiere a la restricción del sistema perceptual por la cual las personas dividen los objetos físicos en partes que difieren entre ellas y se relacionan entre sí de modos diversos (West et al. 1991). Así, identificar una nota, un acorde, un motivo, etc. implica alguna forma de segmentación del campo perceptual. No obstante, en general nos referimos a la operación de segmentación cuando hablamos del dominio temporal de la experiencia. Por ello es posible suponer que el proceso de segmentación del continuo temporal no solamente implica una operación lógica (como lo propone la semiología), sino que puede al mismo tiempo dar cuenta del modo en el que se articulan los procesos perceptuales que tienen lugar conforme transcurre ese tiempo. En este sentido, existe abundante evidencia de que este proceso se realiza de acuerdo a los principios de la Gestalt, en la necesidad de percibir diferencias entre una y otra región del estímulo (Deliège 2002). Por todo esto, el denominado ?paradigma de segmentación? utilizado en numerosas investigaciones en psicología de la música se basa en el supuesto de que la segmentación no es solamente una operación lógica como lo propone la semiología sino que es una acción que puede dar cuenta de un proceso perceptual real. En general, este paradigma permite obtener respuestas observables de los oyentes a partir de la realización de tareas en las cuales los sujetos deben indicar cómo entienden que es posible dividir la música escuchada. Mayormente se lo aplica a la audición de música en tiempo real (oprimiendo un botón en una computadora o en un joystick, por ejemplo), pero también puede ponerse en juego en tareas de índole retrospectiva. Por lo general va acompañado de otros dispositivos metodológicos, tales como reportes verbales (Imberty 1981; Deliège y El Ahmadi 1990; Shifres 2001, 2002; Jacquier 2006), respuestas continuas (Timmers et al. 2006), tareas de memoria (Shifres 2005), etc. que permiten vincular el proceso mismo de segmentación con aquellos componentes estructurales, contextuales, mentales, etc. que se pretenden estudiar. Debido a que las respuestas obtenidas estarían reflejando procesos peceptuales basados en principios tan generales como los gestálticos, la aplicación de este procedimiento supone que aun personas no entrenadas sistemáticamente en técnicas y teorías de segmentación lógica son capaces de realizar esta tarea exhibiendo atributos importantes de la representación que la obra escuchada suscita en la mente de tal oyente naif. De acuerdo a Imberty (1981) las respuestas que el paradigma demanda por parte del sujeto resultan conductas observables atribuibles a la estructura musical en parte o en su totalidad en tanto ésta da lugar a la percepción de cambios cualitativos en los atributos de la información que entra en SHIFRES Y JACQUIER el campo perceptual. Pero además la segmentación depende tanto de modelos culturales de referencia como del bagaje de conocimientos previos alojados en la memoria de largo plazo a través de procesos de enculturación (Imberty 1981, p. 86). Por ello la tarea de segmentar puede estar dando cuenta también de aquellos contenidos transmitidos por la cultura que permiten al sujeto configurar la información perceptual de tal o cual manera. Por todo esto, el paradigma ha sido utilizado en trabajos de muy diversa naturaleza y adscripción epistemológica. En particular resulta ventajoso en el examen de aspectos complejos de la estructura musical que requieren del concurso de múltiples variables y fundamentalmente de un extendido desarrollo en el tiempo (Deliège y El Ahmadi 1990). A pesar del gran atractivo que el paradigma presenta, su utilización se basa en una serie de supuestos teóricos, epistemológicos y metodológicos que no han sido suficientemente discutidos. Sin esta discusión la pertinencia y la relevancia del paradigma respecto de los objetivos de las investigaciones que lo ponen en juego pueden quedar seriamente cuestionadas.
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