La homosexualidad, la bisexualidad y el transgenerismo han estado presentes en las diferentes etapas del proceso histórico social, sin embargo, las preferencias sexo-afectivas, el ejercicio de la sexualidad y las identidades de género han sido aceptadas o sancionadas en cada contexto en correspondencia con los poderes e intereses dominantes; cuya sanción ha encontrado legitimidad en el pensamiento religioso, filosófico y científico. Este hecho en América Latina y El Caribe favorece la estigmatización, invisibilización, irreconocimiento y criminalización de las identidades disidentes, pero también de los derechos individuales de las personas Lgbti en el ámbito educativo, en los medios de comunicación, en el espacio público, y también por parte de las instituciones del Estado. Ante ello se hace necesario visibilizar esta problemática, a fin de identificar ámbitos de acción e intervención para la concreción de acciones afirmativas y políticas públicas que permitan transitar hacia la garantía de derechos, la no discriminación y el verdadero reconocimiento de la diversidad.