El concepto de “inclusión social” (junto a “exclusión social”) tiene una notable presencia en los discursos políticos y en los documentos oficiales. Sin embargo, es tomado con escepticismo por muchos estamentos académicos y manejado con cautela por investigadores y autores críticos, mientras un número importante de actores sociales comprometidos en la lucha contra la desigualdad debaten su neutralidad, su coherencia interna, su significado y hasta sus motivos. En algunos casos, se lo considera una cortina de humo que pretende desviar la atención de la ciudadanía hacia arenas políticamente “correctas” o incluso “convenientes”; en otros, es asumido como una mera “categoría vacía” utilizada como herramienta por aquellos que no pueden esperar a definiciones más concretas para trabajar, día a día, en situaciones de alto riesgo social. [The concept of "social inclusion" (alongside "social exclusion") has a notable presence in political speeches and official documents. However, it is taken with skepticism by many academics, and handled with caution by critical researchers and authors, while a significant number of stakeholders involved in the fight against inequality debate its neutrality, its internal consistency, its meaning and even its motives. In some cases, it is considered a smokescreen intended to divert attention from the public political arenas to other, "correct" or even "desirable" ones; in others, it is assumed as a mere "empty category" used as a tool by those who cannot wait for a more concrete definition to work, day after day, in situations of social risk].