El asentamiento de grupos humanos en aldeas permanentes y el comienzo de la producción de alimentos, trajeron consigo aparejados un nuevo mundo de prácticas, materialidades y relaciones. En Anfama, Tucumán, Argentina, esas aldeas establecidas a inicios del primer milenio de la era cristiana y las unidades residenciales que las conformaban, pervivieron y fueron ocupadas de manera reiterada durante más de quinientos años. En este trabajo se procura indagar el registro arqueológico relacionado a prácticas alimenticias con el fin de reflexionar acerca del rol de la alimentación como elemento cohesionador de la unidad doméstica. El objetivo es intentar entrever las relaciones que tienen lugar en torno a estas prácticas (tanto entre humanos como entre estos y los objetos) y su incidencia en la consolidación de la vida aldeana.