Resumen La práctica docente constituye una preocupación permanente en la formación inicial de los/as futuros/as docentes. Implica el centro de acción de los procesos de enseñanza y aprendizaje, e intervienen en ella un sinnúmero de variables y dimensiones que la definen en su multiplicidad. La carrera de Profesorado, exige el tránsito por dos espacios de prácticas bien diferentes, uno en nivel superior (universitario o no universitario) y otro en el nivel medio. Cada uno de ellos presenta exigencias singulares que se manifiestan en el discurso de los profesores en formación, al igual que contratos y dispositivos específicos. Es en este tiempo donde se deben articular puntos de encuentro entre instituciones. Una es la Institución Universitaria donde se cursa la carrera docente, y la otra institución es la que cede lugar para la realización de prácticas, que responden a características específicas según el nivel de enseñanza (secundario o terciario). Las instituciones formadoras tienen un lugar estructurante en la docencia, por eso desde la universidad buscamos generar en futuros profesores la capacidad reflexiva para cuestionar la naturalización de conductas, hábitos, prácticas, relaciones de poder, propias de las instituciones, y que del intercambio en heterogeneidad de lógicas de actividad y disciplinas - psicólogos-docentes - resulte enriquecimiento de significación.