Que lugar ocupan las disidencias en el proceso de construcción de saberes, en estos espacios de producción de sentido y realidades como son las Universidades, Facultades, unidades academicas? Importa reconocer en el ámbito de la academia, como los sistemas sexo-género operan en las trayectorias que atraviesan les estudiantes en sus procesos de formación. Entendidos como el conjunto de valores sociales, normas, símbolos y prácticas que elaboran las sociedades a partir de la diferencia sexual y se constituyen en uno de los principales ordenadores sociales (Millet 2020). Es necesario dimensionar las diferentes posiciones que asumen los sujetos implicados en el acto pedagógico existentes en las trayectorias educativas en este caso, en tanto lugares de privilegio y opresión donde lo que se reproduce es un sistema cis-hetero-patriarcal que refuerza la inequidad y desigualdad de acceso a oportunidades. Tomando los aportes de Blas Radi (2019) incorporar al análisis, la dimensión de “injusticia epistémica” como lente que advierte la sub-valoración del status de las disidencias como agentes epistémicos válidos, operando esto como sesgo cognitivo a la producción de conocimiento y a los horizontes de sentido en general con los que se cuenta para dar sentido a la propia experiencia social. En este sentido se trabajó en la gestión de propuestas pedagogicas que tuvieran como objetivo la democratización de los espacios de construcción de conocimiento, de autogestión de saberes y de generación de nuevas narrativas por fuera de las estructuras hegemónicas y cisexistas de la producción de conocimiento.