La educación sexual ha estado en constante disputa en diferentes momentos históricos, abarcando espacios políticos, educativos, medios de comunicación y en el espacio público, tanto en las calles como en las redes sociodigitales. Un ejemplo de lo mencionado es la iniciativa de ley del Pin Parental que se presentó en España y posteriormente en México, en un contexto de la pandemia por SARS-CoV-2. El Pin Parental fue propuesto por diferentes actores y grupos que apelaban por el derecho de los padres, madres y/o tutores para poder vetar los contenidos de educación sexual y de género impartidos en las instituciones educativas de sus hijxs y así poder decidir si los contenidos que se les iba a proporcionar coincidían con los criterios que consideraran adecuados. El objetivo del presente trabajo es analizar la solicitud oficial del Pin Parental, mecanismo que en caso de que los padres/madres/tutores lo desearan se presentaría en las instituciones educativas. Se realizó un análisis del discurso, en donde emergieron categorías como el adultocentrismo, que de acuerdo con estos grupos conservadores los sentires, los pensamientos y las identidades de las adolescencias (por mencionar algunos) son percibidas como propiedades de lxs padres/madres/tutores y por lo tanto como dominios que no pueden ser intercambiados con las personas docentes; es decir, las adolescencias son entendidas como sujetxs de tutelaje con la restricción de poder ser y estar en el mundo, así como la invalidez de sus derechos.