De acuerdo con Stang (2019) no existe un consenso generalizado sobre cómo abordar la visibilidad estadística de los grupos poblacionales compuestos por personas cuyas sexualidades, orientaciones sexuales e identidades de género, se fugan de la heteronormatividad (Warner, 1991). Algunos sectores se oponen a ser registrados por instrumentos como las encuestas y los censos en conflicto con el encasillamiento en categorías estabilizantes o que reconocen en las operaciones estadísticas una base de control estatal. Desde otros posicionamientos, la inexistencia de estos datos imposibilita el diseño e implementación de políticas públicas informadas capaces de atender situaciones específicas materializadas frecuentemente con la inequidad, la falta de igualdad ante la ley, la discriminación y la violencia que experimentan las personas por el hecho de pertenecer a la población LGBTIQ+. Los trabajos realizados en Argentina, en general, y la región NEA en particular, no expresan una excepción al advertir que la diversidad sexo – genérica e identitaria se encuentra subrepresentada. En el Chaco, no existen iniciativas que puedan dar cuenta de las condiciones de vida de dicho sector poblacional (Silva Fernández y Matus, En prensa). Por lo anterior y tomando como fuente al Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina (PICTO-2022-GENERO00021), este trabajo apunta a realizar un primer acercamiento en cifras sobre el nivel de participación, salud mental, discapacidad, máximo nivel educativo, ingresos y actividad económica, vivienda, atención por parte de profesionales de la salud y relación con las fuerzas de seguridad en la provincia.