En los últimos años, las metrópolis han dejado de ser idealizadas más allá de su influencia regional. Con la irrupción del Covid-19, se consolidó un proceso de revaloración de espacios no metropolitanos. Asimismo, los efectos de la inflación, la inseguridad y el ritmo metropolitano han sido importantes factores en la búsqueda de una mejor calidad de vida a mediano y largo plazo. A nivel internacional y nacional, los estudios LGTB se han enfocado en las metrópolis y, desde este punto de vista, se las ha privilegiado en la construcción del capital simbólico y espacial. Sin embargo, aportes recientes sobre las movilidades amplían la discusión en torno a lo que algunos autores denominan metronormatividad. El propósito del trabajo es problematizar las vivencias y representaciones de la metrópolis de Buenos Aires y exponer las oportunidades de los espacios no metropolitanos. Para esto se confrontan testimonios que surgen de entrevistas a varones gays cis que han retornado a Bahía Blanca, de donde son oriundos. El anonimato, la heterogeneidad social, la disponibilidad de sitios específicos y, en cierta medida, la libertad individual que caracteriza a las metrópolis han resultado ser ventajas en la construcción de la exterioridad gay en estos espacios. Sin embargo, esto se transforma en soledad y fuerte competitividad conforme pasa el tiempo, lo que invierte el peso valorativo de ambas escalas. Con este esfuerzo se pretende densificar los estudios urbano-culturales comparados para construir alternativas más allá del metropocentrismo, asumido, muchas veces, como única salida para el conjunto gay.