Los estudios de la pobreza forman parte del paradigma del desarrollo, se basan en indicadores macroeconómicos. La pobreza económica es fácilmente identificada por indicadores como ingreso, gasto, ahorro, acceso al crédito; y la pobreza alimentaria por la capacidad de acceder a la canasta básica; sin embargo, resultan insuficientes para comprender la complejidad de la pobreza, por lo que es importante incluir otros conceptos como deterioro ambiental y vulnerabilidad, auxiliares del mismo paradigma del desarrollo con el que se estudia la pobreza. De cualquier modo, estos conceptos resultan ser estructurantes y los sujetos sociales, peyorativamente conocidos como “los pobres”, dejan de tener relevancia en los diagnósticos del desarrollo o de la pobreza, por lo que es necesario centrar los estudios desde la perspectiva de los actores sociales.