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EL ENIGMA ESTÉTICO: EL CUERPO ALUDIDO
De Mauro Martin Adrían.
En LEKTON REVISTA N°2. CÓRDOBA (Argentina): GRUPO EDITORIAL LEKTON.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pdgf/AaU
Resumen
Este ensayo se inspira en el tradicional rechazo y reticencia a las formas estéticas centradas en el cuerpo como deseo sensual innato, pasional y emocional. Tamaño prejuicio difundido sobre el sentimiento, la sensación, el ‘cuerpo dócil’ y heteróclito como impulso demasiado débil. Tales teorías estéticas típicamente occidentales rechazan de su seno a la experiencia sensorial y el cuerpo como principio programático de relaciones estéticas. Puesto que todo canon -paradigma estético o teoría del arte- debe necesariamente medirse en la inclusión-exclusión de contenidos universalmente meritorios. Entiéndase de este modo la canónica herencia y sus respectivas conceptualizaciones ‘ilustradas-iluministas’ plasmadas en el Neoclasicismo, en cuyo seno los seres humanos se distinguen por la capacidad de conocer. De igual modo se destacan por la rigurosa racionalidad -a juzgar por los placeres “intelectuales” contemplativos - y el gusto desinteresado sin propósitos fijos , y no en cambio por la flexible sentimentalidad o sensualidad utilitaria. Ello motiva la búsqueda del (im)posible -o debería leerse ´inexistente´- fundamento perdido de lo corpóreo que se nutre a partir de la querella por el placer estético -y su goce- que nace en la forma corporal descentrada, fragmentada y reconstruida artísticamente . Una palabra en fuga: to epithymetikón . ¿A pesar de este camino deberíamos insistir por caso contrario en aquella otra búsqueda de axiomas consistentes y autoevidentes -y a no olvidar esto es: la cosa que mejor repartida está en el mundo?.Si señores, nos damos por aludidos a la razón! .- Asimismo lo que motiva la presente aventura, entiéndase empresa dislocada, urge del ´recorrido de lectura´ en la estética encarnada y el arte vuelto cuerpo o del deseo sensualista de intensidades eróticas y de placeres gastronómicos. De aquellas diversas formas de presentar y representar(lo): se trata aquí de la bienvenida al ensayo -posible protocolo de escritura-, y esta elección se trasluce también -como escribiera Horacio González- en estado de ebullición o de pesadumbre, de llamamiento o de inquietud. Por eso mismo, este recorrido ha alquilado innumerables citas; pero no pretende vivir de rentas. [Horacio González 1999: pps.7-18]
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