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Este cuerpo es mío variaciones en torno a la posesión del cuerpo
De Mauro Martin Adrían.
II COLOQUIO DE ESTUDIOS QUEER Y LITERATURA. INSTITUTO DE INVESTIGACIONES EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES, LA PLATA, 2011.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pdgf/yOa
Resumen
En la presente comunicación analizaremos algunos indicios narrativos y literarios en relación al vínculo de contigüidad entre procesos de subjetivación y corporalidad. ¿Cómo se configura esta pertenencia a un cuerpo?. Y en su revés equivalente ¿ Cómo un cuerpo me pertenece y es predicado como exclusiva propiedad “mía”?. A través de dos relatos literarios contemporáneos (Desarticulaciones cuya firma precede Silvia Molloy -2010- y también Biografía de mi cáncer cuya respectiva signatura corresponde a Patricia Kolesnicov -2002-) señalaremos algunos indicios en esta relación de pertenencia cuerpo-sujeto en la lógica de apropiación y expropiación del cuerpo. En ambos registros narrativos, la enfermedad como experiencia y discurso subjetivante ponen en entredicho aquello que nos constituye en nuestra intimidad y nos define parcialmente en nuestra “humanidad”: el propio cuerpo. El dictum “este cuerpo es mío” se dirime en la ambivalencia constitutiva de poseer el cuerpo en tanto campo ético de subjetivaciones o devenir minoritario que afirman los ejercicios políticos en razón de esta pertenencia corporal en nombre de los “derechos sexuales” “autonomía corporal”, “libertad ciudadana”, etc. Simultáneamente esta propiedad sobre el cuerpo “mío” es el terreno donde se lleva a cabo la sujeción a los aparatos biopolíticos (o farmacopornográficos al decir de B. Preciado) que sustraen, expropian y desapropian la pertencia del cuerpo sujetado e individual. En efecto, esta vacilación consiste, como señala Roberto Espósito(2007), en un “poder sobre la vida” y simultáneamente un “poder de la vida”. El poder sobre y de la vida en sus múltiples traducciones políticas, en términos de derechos y propiedades, de aquello que podemos ejercer y cuanto reclamar-exigir-. Algunos indicios: ¿El derecho a poseer el propio cuerpo? ¿El derecho a la identidad propia, a la identidad de un* mism*? ¿el derecho a la identidad otra y redoblando la apuesta el derecho a poseer otro cuerpo el cuerpo otro distinto -el cuerpo no propio-? La propiedad de los cuerpos, de pertenecer a ciertas subjetividades, halla en este estrecho vinculo literario y filosófico, su máximo auge en los debates legales acerca de ciudadanías sexuales y el rango de humanidad misma. Es por ello que inscribiremos estos indicios literarios filosóficos en un marco de situación más amplio aún respecto al horizonte pos-legal que remite necesariamente a las distribuciones jerárquicas de lo humano. Horizonte por venir que no hemos escrito aún pero que estas coordenadas no dejan de señalarnos. Esto es un campo de fuerzas en constante tensión entre los debates alrededor del reconocimiento de matrimonios sobre parejas del mismo sexo, y en las coordenadas contemporáneas que nos aquejan las disputas acerca del reconocimiento efectivo de identidades de género autopercibidas y el acceso a la salud integral. Horizonte que supone toda una trama semiótica material de interpelación tanto de un conjunto de cuerpos en escena (y todo un respectivo conjunto de cuerpos ausentes) como de un conglomerado de identidades, subjetividades y prácticas sexuales. Aquellas corporalidades, cifradas como patologías disfuncionales (en las vivencias Trans por un lado) o aquellas otras identidades disidentes catalogadas como anomalías parentales o fallos morales (aquellas prácticas nomencladas como Gays, Lésbicas y Bisexuales por otro lado). Estos suponen un constituirse en la norma y al mismo tiempo son excesos y desfiguraciones de esta. Es así, que el deseo de ley, el deseo de “restitución” de un cuerpo, expropiado y situado por el orden legal y jurídico, excede la ley del mismo modo en que la enfermedad expropia la pertenencia del cuerpo. El cuerpo restituido de la Ley, es simultáneamente expropiado y situado en la propiedad de los sujetos (en esta ambivalencia constitutiva de poseer y desposeer un cuerpo, de ser subyugado y agente político-narrativo), tal como sucede en las narrativas concernientes a la enfermedad y el padecimiento que tomamos en consideración.
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