La definición e historia únicas del diseño son ficciones poderosas: carentes, pese a los absolutismos disciplinares, de validez planetaria. En su mayoría, diseñadores académicos y profesionales, practican un modo noratlántico, que asumen superior, de caracterizar la artefactualidad. En esta presentación me aproximo, fuera de las “reservaciones” artesanales, a las formas vigentes y actuantes del hacer con que grupos humanos distanciados de la modernización, prefiguran materialidades. Planteo que, enmarañados con el diseño (nord)mal, monológico y clasificador, en los ámbitos del Abya Yala-América Latina, y con frecuencia eludiendo el desarrollo como destino forzoso, hay dinámicas creativas, desclasificadoras, que hacen las veces, desde y en otras lógicas, de aquello que en la tradición occidental llamamos diseño. Las entiendo como diseños del sur; y más que “afueras” pidiendo inclusión en un canon productivo, encuentro en ellas cualidades generativas, o (sur)stancias, que facilitarían —de ser sentipensadas simétricamente en sus contradictorias particularidades— reconocer la especialización del diseño y la cultura industriales como apenas una expresión, de entre muchas posibles, del conocer y del ser que puede desplegar la vida en la Tierra.