¿No posee una cuenta?
El estado de las Deudas Sociales en el país real al cuarto año del bicentenario
Agustín Salvia.
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Resumen
La serie de informes anuales realizados por el Observatoriode la Deuda Social Argentina desde 2004hasta el presente ha procurado ofrecer una evaluaciónmás integral de las condiciones de desarrollo humanoe integración social en nuestro país y de su evoluciónpost-crisis 2001-2002. En este marco, quedando cadavez más lejana la crisis de los primeros años del milenio,el núcleo problemático se ha ido centrando enuna pregunta clave: ¿en qué medida el crecimientoeconómico, la ampliación de los derechos sociales ylas mejoras en las políticas públicas promovidas durantela última década impactaron de manera sustentableen el desarrollo humano y en una más justadistribución de las capacidades de integración socialpara el conjunto de la población?Sin duda, después de la crisis 2001-2002, el crecimientoeconómico tuvo un papel fundamental enel incremento del empleo formal, la reducción de lapobreza, la normalización institucional y la recuperaciónde la cohesión social, también gracias a un importanteesfuerzo en materia de gasto social por parte delEstado. Sin embargo, no todos los sectores socialeslograron beneficiarse de la misma manera, ni dichapolítica logró, tal como sabemos, una plena incorporaciónde la población ?sobrante? al nuevo esquemaResumen ejecutivoPro gresos sociales , pobrezas estructuralesy desi gualdades persistentes (2010-2014)productivo. En este contexto, a pesar del crecimientoeconómico, las mejoras en las condiciones materialesde vida, la caída del desempleo y la reducción de lapobreza, la desigualdad no cedió terreno en materiade capacidades de desarrollo humano. En efecto, estaetapa de importante recuperación económica y defortalecimiento institucional mostró sus primerossignos problemáticos en el año 2007, cuando se aceleróel proceso inflacionario y se frenó la creación deempleos productivos.Ese proceso fue seguido, durante principios yhasta mediados de 2008, por una primera retraccióneconómica y un reflujo en las expectativas sociales.A fines de 2008 y durante buena parte de 2009, losefectos internos de la crisis financiera internacionalafectaron directamente la actividad económicae impusieron mayores barreras a la movilidad de lossectores más pobres. Pero a fines de 2009 se inicióun nuevo proceso de recuperación económica, confuerte crecimiento del consumo interno, el cualtuvo sus mejores momentos en 2010 y 2011. Eneste marco, si bien creció la inflación, mejoraron lasremuneraciones reales de los sectores asalariados,se extendieron las pensiones hacia los desocupados,la infancia y las personas mayores, y creció la inversiónpública en infraestructura social. Sin embargo,a partir de 2012 y durante casi todo 2013 y 2014, elcrecimiento se detuvo, la generación de empleo productivose estancó, la inflación continuó en ascensoy creció el déficit fiscal. A pesar de algunas medi16| BARÓMETRO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINAdas de ajustes, se mantuvo la política de subsidiosy otras medidas orientadas a la protección social.En ese contexto, aun cuando continuó creciendo elgasto social, volvieron a aumentar la marginalidadlaboral y la pobreza por ingresos, y casi no registrócambios la pobreza estructural medida por necesidadesbásicas insatisfechas u otros indicadores.Lamentablemente, una vez más, las estadísticassociales del Observatorio de la Deuda Social Argentinatienden a constatar que, pese a las medidasorientadas a la protección de los sectores más pobres,una parte importante de la sociedad todavíacontinúa siendo una ?población excedente? para elsistema en su conjunto, es decir, carece de un mínimode condiciones dignas de subsistencia económica eintegración social. En este sentido, si bien nuestrasinvestigaciones nunca han dejado de dar cuenta delos avances logrados en este campo, la investigaciónsistemática confirma que más allá de las intencionesy esfuerzos realizados a nivel gubernamentalpara resolver estos problemas, persiste una matrizeconómica, social y cultural desigual, fundada enlas condiciones de reproducción social e incapaz degarantizar un empleo de calidad y ciudadanía plenapara todos. La necesidad de que la democracia ganeplena confianza en la ciudadanía continúa siendotambién una deuda social. Al respecto, parece confirmarseuna vez más que el aumento del consumointerno y de la asistencia pública, así como del empleocualquiera sea su calidad, aunque aliviador delas necesidades más urgentes, no logra resolver estructuralmentela trampa en materia de desigualdadque impone un modelo político-económico fundadoen heterogeneidades sociales muy marcadas.
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