La educación básica en Argentina se organiza bajo un esquema federal y descentralizado. La preocupación por la equidad y justicia redistributiva del financiamiento educativo bajo este esquema presenta particularidades y complejidades que requieren comprenderse para abordar la desigualdad en torno a la inversión educativa. La descentralización de las instituciones educativas hacia las jurisdicciones subnacionales generó dos efectos institucionalizados. Primero, la desigualdad estructural de la inversión educativa por alumno de gestión estatal a nivel subnacional y segundo hace casi tres décadas que el Estado nacional no gestiona de manera directa la oferta de los servicios educativos. Desde la perspectiva de la teoría del federalismo fiscal se diseñan herramientas fiscales intergubernamentales que permitan incidir en las inequidades y desigualdades entre ambos niveles de gobierno. La brecha de inversión educativa con financiamiento subnacional se incrementó de 5 a 8 veces entre la que menor y mayor inversión que las provincias realizan. El Estado nacional, mediante fondos de origen nacional permitió reducirla a entre 3 y 5 veces, manteniéndose em estos niveles a lo largo del periodo. La incidencia de las transferencias de origen nacional permitieron disminuir la brecha de la desigualdad estructural de la inversión educativa entre las jurisdicciones subnacionales, aunque el desafío consiste en planificar el financiamiento en la búsqueda de equidad y la justicia distributiva bajo este esquema federal y descentralizado.