De la rueda dentada al reloj, al voltaje, a los protocolos digitales (e incluso a los protocolos sociales y la genética), la intervención técnica sobre el continuo de lo real supone operaciones de abstracción y estandarización con miras a una acción eficaz de modificación de un estado de cosas, es decir, una acción que resulte de acuerdo a lo previsto. En La técnica y el tiempo, Bernard Stiegler postula que el origen del hombre está en la carencia. La técnica es ese aspecto de lo humano que suple lo que falta, el ser humano es un ser protésico. La técnica, a su vez, sólo puede ser en la posibilidad de anticipación que separa al ser humano (mortal) de los demás seres orgánicos (perennes) y de lo inerte y de la materia inorgánica organizada (las herramientas e inscripciones, exteriorizaciones que permiten postular la existencia de un interior humano). En la propuesta stiegleriana, anticipación y exteriorización definen lo humano, y ambos rasgos co-constitutivos sólo pueden suceder en la técnica, y la evolución técnica se constata en las sucesivas exteriorizaciones, las huellas de lo humano, que construyen una tradición a partir de la coexistencia necesaria de lenguaje y utillaje sobre la que se organiza el desarrollo de la cultura. Su mirada no cerebralista de la evolución humana, condiciona esta evolución a los dos fenómenos técnicos antes mencionados. Asímismo, esta posición pone límites a las posiciones del constructivismo social de la tecnología, si bien concede que las condicionantes externas (materiales, medio) están imbricadas con aquello que está en potencia en la tecnología. Stiegler retoma así algunas consideraciones de Simondon en torno a la direccionalidad técnica tendiente a la concretización de los objetos técnicos pero reinsertando la dimensión humana en el devenir del sistema técnico. Atendiendo a la propuesta stiegleriana este trabajo procura determinar si el concepto de estándar es inherente a la técnica (o a la relación técnica con el mundo) y cuáles son las implicancias del concepto de estándar para la reflexión sobre la técnica, preguntándonos también por las condiciones en las cuales la estandarización actual podría conducir a una necesaria invención categorial.