El trabajo propone un ejercicio de equilibrio reflexivo en torno a dos problemas que se dan en la convergencia de tres cuestiones: el uso político del espacio público, la construcción de la subjetividad, y la acción política. En primer lugar se considera el rol que juega actualmente la identidad en los movimientos políticos y sociales, que tienden a organizarse en torno a las "políticas de la identidad". Se señala cómo ese sujeto político se articula en torno a una identidad que agrupa y moviliza en el espacio público, y consideran dos cuestiones: ¿hasta qué punto es cierto que las formas de sujeción se articulan siempre o preponderantemente en torno a identidades? y ¿cuáles son los límites de esa identidad, y quién los define? En un segundo momento, el trabajo reflexiona sobre otra tendencia prevaleciente en los movimientos sociales actuales: el mandato de “poner el cuerpo” como consigna politica y como medida del compromiso político individual y colectivo. ¿Qué significa “poner el cuerpo” en el espacio público para “manifestarse”, y cuáles son sus condiciones de posibilidad? ¿Quién puede poner el cuerpo, quién no puede, y quién tiene que elegir entre “poner el cuerpo” y auto-preservarse? Se consideran los sesgos capacitistas y hegemónicos de este tipo de mandatos. Finalmente, se ofrecen algunas reflexiones finales sugiriendo que estas dos tendencias, además de los problemas expuestos, coartan la potencia de nuestros modos de ocupar el espacio público y de imaginar el cambio social.