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El conflicto por la toxicidad de los agroquímicos como conflicto de valores
Bercholc, Martina - UNSAM.
Segundo Congreso Internacional de Ciencias Humanas “Actualidad de lo clásico y saberes en disputa de cara a la sociedad digital". Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, San Martín, 2022.
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Resumen
El extendido uso de agroquímicos en la agricultura argentina ha despertado un debate acerca de sus impactos ambientales, sociales y de salud. La posición defensora atribuye la causa de estos problemas al mal uso y la posición opositora considera a los agroquímicos intrínsecamente peligrosos. Sugiero que puede analizarse este conflicto tomando algunas pautas que Philip Kitcher delinea en su filosofía de la ciencia. Se parte de la idea de que la práctica científica está ciertamente impregnada de valores y que, lejos de querer librarse de ellos en pos de una práctica neutra, es importante reconocerlos y establecer esquemas de valores bien fundamentados para gobernar programas de investigación que contribuyan al bienestar general. Es pertinente pues empezar por esquematizar los valores que ambas posiciones ponen en juego en orden a ponderar las interacciones y tensiones. Ambas posiciones asumen la alimentación como un compromiso moral en el esquema de valores general y la agronomía como un conocimiento significativo en el esquema de valores cognitivo. Pero hay diferencias cruciales en los esquemas de valores generales en cuanto a cómo se valora al alimento y en los valores que finalmente estructuran el modelo productivo. Los defensores de los agroquímicos consideran en buena medida al alimento como mercancía en el marco de un modelo agroexportador, mientras que los detractores lo conciben fundamentalmente como un derecho en línea con valores como soberanía alimentaria, integridad ecológica, salud social, identidad cultural, etc. Consecuentemente, los respectivos esquemas de valores probativos priorizan distintas áreas de estudio y aplican distintos enfoques metodológicos que derivan en explicaciones discordantes sobre lo que sucede en la realidad. Los defensores de los agroquímicos valoran los estudios destinados a optimizar la productividad. Razonan que sin el empleo de agroquímicos mermaría el rendimiento y no alcanzaría a producirse lo suficiente para alimentar a toda la humanidad, por lo que son un mal necesario pero, con la debida tecnología, su toxicidad puede controlarse. Los detractores priorizan estudios en ecotoxicología y toxicología humana. Consideran moralmente inadmisibles los impactos socio-ambientales que evidencian sus mediciones y entonces demandan orientar las investigaciones hacia modelos de producción alternativos. El abordaje del conflicto de acuerdo al ideal de ciencia bien organizada implica una deliberación bajo condiciones de compromiso mutuo que establezca una base compartida arraigada en los fundamentos éticos y en los ideales democráticos. Debería haber un acuerdo en la centralidad de dignificar la calidad de vida y en el rechazo de determinadas formas de privación y sufrimiento humano. De modo que se esperaría que, de base, se valore al alimento fundamentalmente como un derecho. El esquema de valores general centrado en este bien humano mayor ejerce presiones sobre los otros esquemas, desplaza a aquellos que no están a la altura de la discusión, y reordena los ejes de investigación. Teniendo en cuenta que Kitcher se enmarca en un individualismo-liberal y que la coyuntura del conflicto incluye a comunidades con variados valores epistémicos, cabe examinar un enfoque de la deliberación democrática desde la epistemología comunitaria que promueve una visión pluralista de la ciencia.
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