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Por una cartografía de las re-existencias
Carolina Allende - Mg EASIC.
Victoria Allende - Alumna CLACSO.
Segundo Congreso Internacional de Ciencias Humanas “Actualidad de lo clásico y saberes en disputa de cara a la sociedad digital". Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, San Martín, 2022.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/eoQd/V75
Resumen
La efectividad de los mecanismos extractivistas epistémico-ontológicos (Grosfoguel, 2016) en América Latina han abonado diversas prácticas de re-existencia, formas de resistencias y de producción y reproducción de la vida en común. La impotencia -como exceso inarticulado de potencia- (Virno, 2021) del capitalismo y del modelo neoliberal, también posibilita la observación de otras formas producir lo común (Gladys Tzul Tzul, 2019), de ser y estar. Entre las capas de dispositivos que refuerzan mecanismos de control y des-subjetivación, se despliegan tramas subterráneas de proximidad. Nada puede impedir que el hombre se sienta nacido para la libertad (Weil, 2007), entendida como contorno de la relación entre el pensamiento y la acción. Insurrección, resistencia y re-existencias abren los pliegues donde anida cierta fuerza vital que aloja los saberes del cuerpo, el lenguaje y el deseo, como horizontes de restitución comunal in-disciplinaria (Gutierrez Aguilar, 2016). La antropofagia colonial engulle el saber de los cuerpos, la lectura de los astros, deglutiendo subjetividades y ultrajando lo sagrado, para regurgitar métodos de reproducción de un orden social omnipresente que uniforma lo diverso y ahoga la proximidad como posibilidad. Es en este escenario donde las categorías y conceptos que se proponen surgen del pensar y vivir la trama con los pies, como el frente de insurrección comunal donde sudan los cuerpos que se encuentran y danzan, ensayando espacios que dan lugar a otros espacios, vacíos y silencios que alojan posibilidad. Devenir artesanos de un otro orden social, a partir del diálogo comunal, como herramienta y práctica política decolonial a partir de una categoría común para las otredades sujetos de ese diálogo: el prójimo. En guaraní la garganta es nombrada con la expresión ñe’e raity que quiere decir “nido de la palabra-alma” (Rolnik, 2019). El cuidado de lo que anida en la garganta comunal supone un tiempo no lineal. Entonces, en ese nido -espacio- habitan los comunes sostenidos sobre la trama de las relaciones entre próximos. Latinoamérica, altar donde las alteridades son inmoladas por el gigante tirano etnocida, también es territorio de gestación y sostenimiento de tramas de lo común a partir del cuidado y la proximidad, que insisten en el silencio del mundo. La (des)aproximación acelerada en las cárceles del consumo se manifiesta en adicción normalizada y terror a la desobediencia. Sin embargo, en la vida comunal -en la calle, en los barrios-, se inscriben los relatos que narran procesos de ayuda mutua, gestión del padecimiento y organización colectiva. Desencorsetar epistémicamente las subjetividades producidas por el mercado deviene en otras posibles narrativas. Resuena el ritornelo, la coexistencia de otros mundos posibles en las intermitencias de lo común y la proximidad. La cartografía comunal es la partitura que sostiene unas notas, sin solución de continuidad. Este andar acaracolado de los comunes enlaza los acordes que suenan en el aparente silencio, inscriptos como condición de posibilidad de un principio de incertidumbre respecto de la posición y el momento para cada una. En el barrio Anacleto Medina suena una canción, y es la que les queremos cantar.
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