Entre otros autores, el trabajo de Ulrich Beck (1998, 2008) ha mostrado que los procesos de producción y circulación de conocimiento, así como el desarrollo y puesta en uso de las tecnologías, son intrínsecamente políticos, en tanto suponen la toma de decisiones que superan los argumentos técnicos. Estos enfoques, sin embargo, coexisten con visiones idealizadas (tanto en el aspecto gnoseológico como en el valorativo) de la ciencia que, en el campo de estudio y práctica de la comunicación de la ciencia se encarnan, fundamentalmente, en el llamado “modelo dominante de la divulgación” (Hilgartner, 1990), también denominado “de la brecha” o “de déficit”, que propone un modelo en dos etapas: primero los expertos producen conocimiento puro, alejado de valores e intereses externos, y luego los mediadores (periodistas o divulgadores) lo simplifican para hacerlo accesible al público lego. Creemos que en la enseñanza superior de la comunicación de la ciencia, tanto en grado como en posgrado y tanto la orientada a la investigación como a la práctica profesional, demanda la complejización de ese modelo y la incorporación de perspectivas que permitan visualizar la miríada de actores sociales e instituciones involucrados en la producción y circulación de conocimiento, así como la multiforme dinámica de estos procesos. En ese sentido, esta presentación se propone discutir el análisis de las controversias técnico-ambientales, entendidas como las situaciones en que la resistencia a una tecnología deriva en un proceso conflictivo que impacta en los planes de sus promotores (Nelkin, 1971, 1971; Bauer, 1995. 2015), como recurso pedagógico en las clases de comunicación de la ciencia, tanto las destinadas a la formación de practicantes como de investigadores en este campo. Nos proponemos justificar esta propuesta a partir de las siguientes razones: que estos fenómenos i) constituyen casos excepcionales (metafóricamente, “patologías”) que permiten visibilizar los procesos “normales” de incorporación de tecnologías y sus múltiples actores; ii) que permiten hacer visibles las dinámicas de estos procesos al interior y a través de las fronteras, superando el “nacionalismo metodológico” que critica Beck; iii) que ofrecen elementos para analizar con mayor precisión y sutileza las actitudes de los legos y su relación con el saber experto; así como iv) visualizar que el conocimiento no se mueve solo “de arriba hacia abajo”, sino también “de abajo hacia arriba”; y que v) es posible también la constitución de alianzas expertos-legos, con la resultante co-construcción de conocimiento, entre otros aspectos. En esta propuesta, nos apoyamos fundamentalmente en líneas de trabajo desarrolladas en los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, así como en el estudio de los movimientos sociales y la política contenciosa. La confluencia de abordajes permite incorporar marcos y nociones que contribuyen a la “politización” cognitiva de los procesos de producción de conocimiento y de desarrollo y puesta en uso de las tecnologías.