El trabajo indaga sobre el impacto de tasas de natalidad asimétricas según el estrato social y su impacto en el desarrollo. Las preguntas que surgen son si el hecho de que los sectores de menores recursos presenten tasas de natalidad superior al promedio, limita sus posibilidades de movilidad social ascendente; ¿Implica la falta de planificación familiar un freno al desarrollo? ¿qué rol juegan las políticas de planificación familiar, la educación y la inmigración en estos procesos? La estrategia metodológica es el análisis de casos. El trabajo encuentra que: • La conexión causal entre crecimiento demográfico y crecimiento económico es débil y aún poco clara, de acuerdo con la literatura teóricas y empírica revisada a nivel nacional e internacional. • Los principales casos de países donde se han aplicado programas de control de natalidad, como son India con las esterilizaciones forzadas y China con la política de “hijo único”, además de implicar diversas violaciones a los derechos humanos, fundamentalmente por las prácticas coercitivas que implicaron, tuvieron resultados dudosos en términos de desarrollo económico. • La Argentina presenta un crecimiento poblacional moderado (1,12%), cerca del promedio internacional, lejos de los extremos de países altamente desarrollado, que han comenzado a disminuir el tamaño de su población; y de los poco desarrollados con mayor tasa de crecimiento, como varios países africanos. En tal sentido, la Argentina encuentra en su tasa de crecimiento actual un activo estratégico en términos de desarrollo económico, una oportunidad antes que una amenaza. Ante la evidencia analizada, el trabajo propone que, si nuestro país busca un desarrollo sostenible y con equidad, es fundamental respetar la libertad de elegir de los ciudadanos, y en este contexto implementar políticas públicas que simplifiquen el acceso de los sectores vulnerables a servicios reproductivos y de salud sexual, incluyendo la planificación familiar, en línea con la Conferencia del Cairo (1994). Asimismo, es fundamental asimismo una fuerte inversión en educación, lo cual debiera ser una política de Estado y de largo plazo que permita desarrollar las habilidades de las personas para acceder a trabajos de calidad, en línea con los desafíos que presenta la 4ta revolución industrial. Por último, facilitar la inmigración de ciudadanos altamente calificados en términos educativos, podría contribuir a revertir las problemáticas a las que deberá enfrentarse el país en caso de seguir disminuyendo su tasa de fertilidad en los sectores medios y altos, que acceden a mayor nivel de educación.