Un hito importante en la historia literaria del antijudaísmo ha sido, sin lugar a dudas, el texto de Pedro Alfonso de Huesca conocido como Dialogi contra iudaeos (escrito circa 1106). No ha de sorprender que haya sido fuente de inspiración para encarnizados defensores del cristianismo de la talla de Raimundo Martí o Alonso de la Espina desde el momento en que, de la serie de diálogos controversiales escritos en el occidente latino, es el primero cuyo propósito explícito consiste en “omnium aliarum gentium credulitas destructionem”. Varias son las características que vuelven a esta obra sumamente peculiar. De entre ellas, sobresale el hecho de que su autor fuera él mismo un judío converso, pero mucho más aún, el que los antagonistas sean, ambos, una especie de alter ego del propio Pedro Alfonso. En efecto, el personaje que dará voz a las creencias judías será Moisés, cuyo nombre coincide con las del autor antes de su bautismo (Moisés Sefardí), mientras que el cristianismo estará representado por Pedro. Las y los especialistas en el tema comparten la opinión de que Pedro Alfonso construye el personaje judío más verosímil hasta entonces y ello se debe, desde luego, a su propia biografía. No obstante, que él provenga de la comunidad judía no quiere decir que Moisés no se trate de una construcción que, como tal, es interesada, subjetiva y, lo cual no es en absoluto menor, ficcional. Así pues, teniendo presente la reflexión a la que convoca esta mesa, la comunicación propuesta tiene por objetivo primario dar cuenta de la configuración identitaria del personaje judío en los Dialogi, y ello en vista de un objetivo ulterior, ofrecer elementos que permitan ponderar por qué este conjunto doce diálogos se convirtió un tratado antijudío de consulta casi obligada en los siglos inmediatamente posteriores. Para cumplir cabalmente con nuestro propósito, la exposición se dividirá en tres momentos. El primero de ellos consistirá en una presentación general del autor y de la obra en cuestión. El segundo atenderá a la forma e intención del texto y a la función que el personaje de Moisés cumple en él. Finalmente, se analizará la construcción identitaria de dicho personaje a partir de la recuperación, y sistematización de los dispositivos de diversa índole –retórica, filosófica, teológica, etc.– en los que se esta se apoya.