Esta ponencia intentará aportar a la investigación sobre el papel de las editoras mujeres en el segmento de la edición nacional de historietas en la actualidad. Se trata de un espacio que ha sido tradicionalmente masculino, desde la producción hasta el público destinatario. A partir su surgimiento en Argentina, durante las primeras décadas del siglo XX, sus principales motores de expansión y desarrollo fueron hombres, hoy reconocidos a nivel internacional: editores, dibujantes y guionistas como Dante Quinterno, Alberto Levi, César Civita, Claudio y Ramón Columba, Andrés Cascioli, Héctor y Jorge Oesterheld, Alberto Breccia, Carlos Trillo o Juan Sasturain, por solo nombrar a unos pocos a modo de ejemplo. Por su parte, se pueden mencionar a algunas mujeres precursoras como Niní Marshall, Laura Quinterno, la hermana de Dante, que colaboraba con el semanario Patoruzú utilizando el seudónimo “Ada Lind”, o la recientemente fallecida Blanca Cotta, entre otras, aunque en general no se dedicaron de forma exclusiva a la actividad, y la visibilidad y el reconocimiento que obtuvieron fue escaso. Sin embargo, durante las últimas décadas, en consonancia con transformaciones a nivel socio-cultural en materia de igualdad de géneros, la participación de las mujeres ha crecido considerablemente, tanto desde la producción de las obras, como entre el público lector. Maitena, Alejandra Lunik, Lucía Vergani, Silvia Camerini, Ana Von Rebeur, Patricia Breccia, Laura Vázquez Hutnik, Caro Chinaski, Andrea Jen, Daniela Kantor o Fer Gris, entre muchas otras, dan cuenta de que las historietistas e ilustradoras van ganando reconocimiento y espacios. Pero este trabajo se enfocará en la producción femenina y su recepción en su conjunto, sino en la parte de la edición, a cargo una figura poco visible, aunque clave en el proceso editorial. Cabe aclarar que el objetivo de esta ponencia no será avanzar en un listado pormenorizado e historiográfico de las editoras argentinas, sino observar y problematizar cómo se insertan en el mercado contemporáneo, a partir de sus propias experiencias, trayectorias, percepciones y prácticas. Para eso se tomará como punto de partida un estudio de caso: la revista Historieta Revólver, que además tiene la particularidad de ser la única publicación periódica del género (historietas de temática general destinada al público adulto) que se mantiene en circulación, y que además incluye entre su staff a varias guionistas e ilustradoras, rompiendo así con una práctica común de las revistas emblemáticas nacionales.