El discurso genera en su misma expresión representaciones sociales, poner en funcionamiento la lengua requiere la configuración de un mundo de referencia desde un punto de vista particular y esta construcción se cuela en cada parte del enunciado. Toda representación social está a su vez anclada en diversos imaginarios sociales, los cuales son actualizados en el relato. A través del análisis del discurso podemos rastrear la conformación de estos imaginarios gracias a sus cristalizaciones discursivas, es decir a partir del análisis de su puesta en escena en un medio de comunicación podemos ver las configuraciones sociales de las que parten. Uno de los dispositivos a través de los cuales podemos llegar a estas construcciones son los medios de comunicación, los cuales, por más intención de objetividad que pretendan poseer, no escapan a estas configuraciones representativas de la realidad a partir de un punto de vista socialmente asentado. Durante las semanas del 9 al 24 de octubre de 1945 se dio en la Argentina una movilización de importantes proporciones del conjunto de los trabajadores obreros que protestaban así al encarcelamiento de su líder político, el Coronel Juan Domingo Perón. Las movilizaciones alcanzaron tal envergadura que lograron la liberación del mismo en la madrugada del 17 de octubre. Estos hechos fueron narrados por los diarios de la época y en este trabajo nos circunscribiremos a la cobertura realizada por el diario La Prensa. En sus páginas podremos ver la configuración que el periódico hace de los actores de estos hechos, los adherentes a Perón, a través de una serie de marcadores lingüístico-discursivos donde sobreabundan las referencias espacio-temporales, las designaciones semánticamente poco cargadas, generales y cuantitativas, así como los procesos verbales exclusivamente materiales que se circunscriben a informar sobre las acciones de los movilizados y no hacen referencia a su mundo interno como seres. Entendemos que la configuración que el diario reproduce en sus páginas está anclada en principio y fundamentalmente en la procedencia geográfica de los movilizados, es desde allí que el diario se posiciona deícticamente separado del origen territorial de los adherentes a Perón, el históricamente estigmatizado conurbano bonaerense, y en el mismo giro como perteneciente al espacio que es abordado por estos para manifestarse, la Capital Federal. Por último veremos que estas caracterizaciones terminan produciendo una imbricación genérica, tomando las líneas por medio de las cuales se informa de los hechos características similares a las de un reporte policial, partiendo así y reproduciendo también desde estas características narrativas imaginarios sociales de exclusión hacia los actores provenientes del conurbano bonaerense.