El trabajo que se propone tiene como objetivo poner en relación aproximaciones desde la ficción a dos ciudades latinoamericanas consideradas anticipaciones de futuro. Se trata de Medellín, en Colombia y Ciudad Juárez en México, a partir de las novelas Angosta, de Héctor Abad Faciolince y 2666 del chileno Roberto Bolaño. Ambas obras fueron escritas a comienzos del Siglo XXI e intentaron delinear, desde un presente vistoso e invivible (Calvino, 1999) el contorno de problemáticas que pese al pasmo que causaron, son ahora generales, no sólo en América Latina y el Caribe, sino en el resto del planeta. Constituyen, para decirlo de otro modo, el laboratorio de nuestro futuro (Bowden, 1998). Parto de una contextualización sociohistórica de ambas ciudades, para identificar a partir del análisis de los textos señalados, la conformación de temas dentro del relato literario que permiten observar el relieve de esas premoniciones. Tanto Santa Teresa como Angosta, resultan trasuntos de la capital del departamento de Antioquia y de Paso del Norte en Chihuahua, ciudades que en la vuelta de siglo (Echeverría, 2006) compartieron un aura de peligrosidad y caos al ser consideradas las urbes más violentas de su tiempo. Aun cuando el crimen y eventos de violencia directa (Galtung, 2003) fueron caracterizados como el elemento central del recorrido de estas ciudades desde la academia, la perspectiva construida en estas novelas, permitió vislumbrar problemáticas de largo aliento. Así, temas como la conformación/actualización de fronteras, violencia urbana, segregaciones de clase, raciales y de género, así como la desechabilidad social (Wright, 2006) aparecen como un centro oculto sobre el presente/devenir de nuestras sociedades, en donde es posible identificar el secreto del mundo (Bolaño, 2004). ¿Dónde se conformaron el futuro y la ficción, las distopías o cacotopías (Burguess, 1978) de Santa Teresa y Angosta?, ¿en qué medida estos textos literarios anticiparon problemáticas después incorporadas por las ciencias sociales y las humanidades? Propongo que a través del análisis de las dos novelas es posible articular un diálogo entre las obras elegidas, aportando con ello una lectura sugerente del mundo actual desde América Latina. Pero que también estas ciudades malditas, separadas, partidas, compuestas por existencias fragilizadas, pueden pensarse como la piedra Rosetta de los tiempos venideros.