El presente trabajo indaga sobre una faceta particular del problemático (des)encuentro entre marxismo y el saber sociológico en los años sesenta/setenta. En este texto, exploramos el lugar de la sociología en la trayectoria del proyecto político, intelectual y editorial de Pasado y Presente. La reconocida disputa por la entidad epistemológica e ideológica de la disciplina entre la dirección del Partido Comunista y algunos estudiantes de la novel carrera de sociología de la Universidad de Buenos Aires es frecuentemente recuperada como el inicial distanciamiento de una fracción de éstos últimos hacia la formación de grupos disidentes; en efecto, parte de ese descontento con la conducción partidaria se expresó entre quienes promovieron una renovación política y cultural del pensamiento marxista a través de Gramsci (Petra, 2018). La potencia heterodoxa del teórico italiano no sólo se recortaría sobre las nuevas bases para una praxis política sino también fue una herramienta novedosa para suturar el vínculo entre marxismo y ciencias sociales que la “nueva generación” universitaria reclamaba. En el caso del grupo que se reunió en torno a la publicación periódica “Pasado y Presente”, el lazo respecto de la disciplina sociológica fue tan diverso como las posiciones de sus principales animadores en el mundo cultural argentino. La composición de una cartografía de las intervenciones respecto de la sociología en ese contexto busca cualificar el interés demostrado por su principal figura (Aricó) y quienes más directamente se involucraban en aquella disputa político-disciplinar (Portantiero, Torre o Delich), aunque también entre quienes de manera menos evidente, participaron de ese debate. La prospección incluye un análisis de los dos momentos de la revista, las derivas que resultaron en sellos editoriales (Signos, Ediciones de PyP, Siglo XXI) y colecciones de libros (Cuadernos), mostrando la diversidad de planos recuperados de la disciplina. Lejos de agotarse en una crítica a la "sociología científica" germaniana de la modernización, la sociología se convirtió en ámbito de disputa, arena donde se erigieron debates por el perfil político de la investigación social en un horizonte de un marxismo renovado, en parte en diálogo con el “operaísmo” aunque también con la sociología aplicada italiana.