El infante como signo, es construido culturalmente desde de las representaciones y los paradigmas que subyacen al pensamiento adultocéntrico. La relación entre adulto e infante observado, como parte de un cuerpo social, estará sujeta a prácticas de poder biopolítico que interpretarán su actividad y las características de su cuerpo, a partir de un infante recreado desde la narración de la propia experiencia vital, que a través de su desarrollo, se identificó con el poder y las dicotomías dominantes, relegándolo a una posición subalterna, construyendo así una imagen del infante que sólo alcanzará su reconocimiento en plenitud, mientras se ajuste al modelo ideológico. En relación a ello, esta investigación aborda la problemática de la intersexualidad en la infancia temprana, mediante el análisis de un un corpus integrado por 2 circulares oficiales del ministerio de salud de Chile, utilizando la herramienta metodológica de “representación de actores sociales” (Van Leeuwen, 1996), a modo de exponer e identificar desde un plano semántico, los actores reconocibles y cómo éstos son activados o pasivados en relación a las acciones sobre el cuerpo del infante intersex. De modo concomitante, establecer un análisis crítico de las prácticas de normalización discursivos y procesos de "medicalización" y/o patologización disciplinar, incidentes en el cuerpo social e identidad corporal emergente de la persona en su niñez. La reflexión sobre ello, nos conducirá a visualizar nuestra posición en diversos campos disciplinarios y cómo abrir espacios al infante para alcanzar su reconocimiento titular como ser humano. Palabras claves: infante, intersex, cuerpo social, biopolítica.