¿No posee una cuenta?
De Deleuze a Michelstaedter: agenciamiento, retórica y palimpsesto
Gabriel A. Saia - UNSAM.
1º Congreso Internacional de Ciencias Humanas - Humanidades entre pasado y futuro. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, Gral. San Martín, 2019.
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Resumen
A la luz de una lectura signada por el concepto de "menor", podemos ver que Carlo Michelstaedter nos da una clave para desandar en su tesis "La Persuasione e la Rettorica" (1913) los pasos que han conducido a Gilles Deleuze hacia una conceptualización del agenciamiento y la tarea filosófica. La retórica para el pensador de Gorizia posibilita la vida como una fuerza que merma constantemente en pos de una mendacidad constitutiva. Las pasiones que acometen contra el espíritu del hombre son aquellas que, de manera sucesiva, deben evitarse; la vida es débil en cuanto vida-sin-persuasión, pero la retórica se encarga de proveerle al hombre aquellos rudimentos necesarios como para seguir en su ánimo férreo e incansable. A razón de esta concepción basada en los extremos (vida-muerte/persuasión-retórica) y la inevitable tensión (negociación) efectuada entre ambos, la existencia solo puede garantizarse en la medida de su nulidad o su disminución: la abeja y la flor son causantes de la relación más enferma posible, pero en su enfermedad hallan salud; el cloro y el hidrógeno desaparecen al realizar su unión, pero es el único modo de garantizar su subsistencia. Es así que el hombre retórico encuentra en la valencia aquello que lo arrebata, aunque matándolo, del temor.
Bajo esta perspectiva, Michelstaedter puede considerarse como un pensador hijo de su tiempo: el progreso es lo que incita sus exhortaciones. La máquina que percibe como retórica será la causa de que su empresa, la empresa de la persuasión, se dé en el más llano plano inmanente. Si bien Michelstaedter puede ser comprendido como uno más de esos "hombres retóricos" que él mismo juzga con tanta sorna, la particularidad de su pensamiento se halla en la creación, en el estilo: utilización de elementos varios para confeccionar su tesis, i.e., parábolas, extractos de La Ley, diagramas matemáticos, símiles y el uso de cuatro lenguas distintas, dando como resultado el lugar de una literatura menor, marginada, y, en virtud de ello, paradójica, persuasiva, radical y revolucionaria. Es aquí donde los conceptos de Deleuze aclaran la perspectiva del goriziano: la composición menor es potencia en tanto que reconoce y rebasa sus propios límites. El palimpsesto como clave de lectura apunta en la misma dirección. La articulación del texto es aquello que permite capas serializadas, conciliando e igualando lo antiguo con lo moderno, lo vetusto con lo novedoso. En suma, el pensamiento del italiano, si bien opera como crítica del asidero retórico, le otorga a la filosofía un sentido definitivo y marcado, un sentido creador, un sentido humanista.
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