Las repercusiones que ha tenido la última dictadura cívico-militar en Chile (1979-1990) se pueden observar hasta hoy. No solo se limitan al área económica, donde Chile da un vuelco hacia la neoliberalización de todas sus estructuras, sino que también se observa una reorganización de la sociedad en función de nuevos valores, sistema de relaciones que ha debilitado el cuerpo social, tendiendo a la valorización de lo individual por sobre lo colectivo. El triunfo del neoliberalismo que evidencian sus instituciones es percibido por la relación que establece el sujeto con su entorno, con su participación en el contexto social y por las posibilidades de ser considerado como sujeto válido. Es aquí donde la relación entre cuerpo y mercado toma relevancia al analizar la sociedad chilena actual. La valorización de una idea higienizada y hegemónica de homosexualidad, validada por instituciones de la sociedad civil que promueven esta visión unitaria, los medios de comunicación que reproducen el estereotipo gay y las políticas sociales enfocadas a las demandas LGBTI validadas por estas instituciones, van encarcelando los cuerpos abyectos y desechados, promoviendo aquellos permitidos por la norma. Es decir, la relación entre cuerpo y mercado, valida la participación de sujetos que están fuera de la preocupación neoliberal en tanto personas, pero incorporados a este sistema, en tanto consumidores. Por ello, ¿Qué ocurre con aquellas "colitudes" marginales?, ¿Cómo participan en este esquema aquellos que no son sujeto del deseo hegemónico?, ¿Cómo se entienden aquellos cuerpos fuera de la norma del consumo? Son estas preguntas las que se intentan responder a través de un recorte de la investigación doctoral que desarrollo, donde se ha entrevistado a una docena de jóvenes nacidos post-dictadura y que se identifican como homosexual/gay. Sus relatos nos hablan de un Chile reinventado, que aún lucha con sus fantasmas dictatoriales.