¿De qué manera involucra la arquitectura al habitante? ¿Qué estratégias ayudan a relacionar de manera más sensible al hombre, y mediante la aquitectura, con su medio natural? ¿Es posible abandonar la cultura del sobrediseño por una forma de proyectar más arraigada y respetuosa con el lugar y los moradores de la ciudad? Ahora que los avances tecnológicos nos permiten ver la singularidad y la diversidad humana con lentes de gran aumento, nos planteamos estos interrogantes: ¿Utilizamos los mapas que revelan la comprensión de las mecánicas del hombre para facilitar su despliegue vital? ¿Hacia dónde dirigimos la mirada cuando proyectamos la vivienda de un individuo, de una pareja, de una comunidad o grupo humano? Durante los cinco últimos años de trabajo, nuestra experiencia profesional nos ha llevado a una búsqueda que pretende dibujar un territorio proyectual más sensible y en resonancia con el habitante potencial. Nos hemos visto empujados a adaptar y utilizar herramientas que permitan la construcción de un mundo social a través de la arquitectura, más imbricado y asertivo. Nuestra propuesta tratará de explicar la materialización de una vivienda que ha comenzado a habitarse hace apenas un año, en Zaragoza, y otros proyectos y experiencias desarrolladas desde el estudio. Por un lado, el Sistema de Diseño Humano, también conocido como Ciencia de la Diferenciación, nos proporciona el mapa desde donde acceder a los estratos más profundos de la naturaleza del ser humano que, desde su interioridad -consciente e inconscientemente-, ha comenzado a habitarse. Por otro, el eneagrama, es un sistema aplicado al autoconocimiento que revela y sintetiza los diversos tipos de personalidad y sus relaciones a través de un gráfico que consiste en el diagrama de una estrella de nueve puntas dentro de un círculo. Cada uno de sus vértices representa y define cada uno de los diferentes modos de pensar, sentir y actuar que caracteriza a cada uno de los nueve tipos de personalidad o eneatipos. Estas dos herramientas nos abren, un vastísimo campo experimental para la arquitectura que tiene como objetivo principal favorecer la salida del individuo de su aislamiento y homogeneidad. La arquitectura, dentro del ámbito doméstico, no se propone ya como una herramienta puramente disciplinar o autoreferencial, sino como el receptáculo a través del cual ponemos en funcionamiento estas dos herramientas u otras, que se dirigen ante todo a construir arquitecturas, paisajes y escenarios donde las fuerzas vitales del hombre se instauren y se expandan como motor del proceso proyectual, partiendo de las cartografías del ser humano como un material tremendamente valioso para la acción arquitectónica. Desde todo lo expuesto, resumidamente, convenimos en que trasladar a las mesas de debate del “Congreso Internacional de Ciencias Humanas” las cuestiones arriba citadas, colaborará en el enriquecimiento de las teorías o puntos de vista encontradas en el mismo, y que tienen por objeto facilitar los procesos de estudio y entendimiento de nuestra realidad pasada, presente y futura.