EDUCACIÓN Y TRABAJO: LA INCLUSIÓN EN ESCENARIOS DIVERSOS Tripartismo, desarrollo local y Formación Profesional Silvia Andrade; Nora Balma; Maria Bedrossián INEFOP sandrade@inefop.org.uy; nbalma@inefop.org.uy; mbedrossian@inefop.org.uy Proponemos una reflexión en torno a algunas de las complejas relaciones entre Educación y Trabajo en el marco de la experiencia del Tripartismo que conforma la identidad del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional del Uruguay. En este campo político, técnico y epistemológico, conviven diferentes metodologías de abordaje para la inclusión de un amplio espectro de poblaciones desde una perspectiva de derechos: refugiados y migrantes, adolescentes y jóvenes, productores rurales, mujeres, personas con discapacidad, trabajadores en seguro de desempleo, pequeños emprendedores, personas privadas de libertad, trabajadores en actividad y empresarios, entre otros. En nuestro país se vienen implementado diversos planes y programas para acercar la educación y el trabajo con el objetivo de que las personas puedan acceder a un trabajo decente y/o a una reinserción o permanencia en el sistema educativo formal. Estos procesos requieren pensar en una formación de calidad y en un diseño curricular que contemple la diversidad de situaciones y características de las localidades en cuanto a las oportunidades culturales, económicas, educativas y de infraestructura que ofrecen a los sujetos que las habitan. A su vez, implica, por un lado, profundizar en la pedagogía de la Formación Profesional y por otro, supone fortalecer la perspectiva de desarrollo local. Por esto mismo, en cada territorio y en clave de dialogo social, el Tripartismo asume un rol relevante en la toma de decisiones estratégicas, ya sea para atender tanto a la realidad del mercado como a las innovaciones tecnológicas, así como también a las nuevas formas de aprender y a las demandas de capacitación de los sujetos y de las instituciones. La articulación interinstitucional y el trabajo en redes son instrumentos que potencian, con pertinencia y legitimidad, la implementación de las políticas públicas. En este sentido, algunas interrogantes subyacen y sobrevuelan a la hora de pensar cada acción técnica que llevamos adelante: ¿cómo impulsar la conexión, y la transversalidad de la Formación Profesional con las demandas del mercado laboral y con el cambio de la matriz productiva de una región cada vez más atravesada por los avances tecnológicos? ¿cómo generar las condiciones para que alguien aprenda y entrene sus competencias teniendo en cuenta la diversidad de perfiles poblacionales? Y en esa línea ¿se tiene en cuenta el status epistemológico de los saberes que traen las personas a la hora de llevar adelante una propuesta de Formación Profesional transformadora que apunte a una cultura del trabajo para el desarrollo? En este sentido, importa dar una suerte de “giro humanista y cultural” en torno a la temática que nos convoca haciendo circular otras dimensiones (éticas, semánticas y filosóficas) sobre el mundo de la Educación y el mundo del Trabajo, de manera tal que el cruce de estas miradas permita visibilizar, en cierta medida, las negociaciones, movimientos y avances que impacten necesariamente en nuevas oportunidades de acceso a la educación y el trabajo de las personas.