El presente trabajo propone algunas reflexiones en torno a los vínculos complejos entre Comunicación/Educación. Intentaremos evitar reduccionismos clásicos –del estilo de medios en la escuela- y ampliar el juego, comprendiendo el campo como una práctica enlazada a las dimensiones sociales, culturales, subjetivas y políticas de nuestro tiempo, más cercano en este sentido a la línea de lectura que propone el concepto de Cultura Visual. En relación a los contextos y sus sentidos, es sabido que el paisaje comunicativo y representativo ha cambiado de modo sustancial durante los últimos cincuenta años y continúa haciéndolo. “Lo visual es ahora mucho más prominente como forma de comunicación de lo que fue durante tantos siglos. Estos cambios están produciendo efectos en las formas y características de los textos” (Kress, Leite-García, Van Leewen, 2000, p.373). Se han generado hibridaciones, nuevas prácticas, cambios en el lenguaje y en la gramática. Desde esta perspectiva, nos centraremos en una concepción de enseñanza como donación, que constituye una mirada valiosa para propiciar un abordaje educativo –crítico y reflexivo- de la comunicación, comprendiendo que saber, poder y experiencias educativas son concepciones que colaboran en el advenimiento de un sujeto pedagógico. Por último, pondremos en valor cómo la comunicación y la educación, como prácticas poderosas, traccionan en la producción de subjetividades y vocaciones, incluso pueden erigirse como sostén de trayectorias y recorridos universitarios, y por lo tanto deben ser interrogadas, cuestionadas. Creemos que los recorridos universitarios son trayectorias conformadas por una dimensión personal (intereses, expectativas, creencias, etc.) y social (influencia de la escuela secundaria, los medios de comunicación, la familia, los consumos culturales, etc.). Ambas vertientes están atravesadas por las representaciones sociales y el vínculo complejo y dinámico que éstas establecen entre lo colectivo y lo individual. En este sentido, la noción de “representaciones sociales” constituye un analizador que, según Moscovici (1979), permitirá deconstruir sistemas de valores, ideas y prácticas que aportan significados comunes y compartidos. El lazo entre “vocaciones” –entendidas como proceso que se realiza a lo largo de toda la vida-, representaciones sociales y Cultura Visual es un punto fuerte a interrogar en la relación Comunicación/Educación como “puesta en común” y desafío que implica la necesidad de considerar las identidades hoy, en términos de cultura, relaciones, voluntad de transformación. Para ello, la formación o bien la educación como experiencia subjetivante, quizás, sea el “telón de fondo” que atraviesa el posicionamiento epistemológico puesto en juego en nuestro desarrollo. El aula como una red, como espacios de micropoder y manejos sutiles, donde el nexo saber-poder cobra significativa relevancia por ser coordenadas que intervienen, directamente, en el advenimiento de la experiencia de los sujetos que habitan el aula de clase.