En la Argentina la salida del gobierno de facto en el año 1983, en términos de políticas públicas, significó un cambio cualitativo en lo que refiere a la gestión de las instituciones universitarias, particularmente para las de gestión estatal. Entre estos cambios se destaca la preocupación por avanzar en la democratización externa, en el sentido de ampliar el acceso de sectores tradicionalmente excluidos del derecho a la educación superior, el cual fue intencionalmente restringido durante la dictadura militar. A partir de este momento, en el campo académico se profundiza la producción de conocimientos relativos a las dificultades y barreras existentes que limitan la concreción de este derecho. Los trabajos muestran que a pesar de la apertura de las puertas de las instituciones universitarias, de la creación de nuevas instituciones y de la implantación de programas especiales, el crecimiento de la matrícula ha coexistido en el tiempo con situaciones en las que aún se presentan obstáculos en el ingreso así como en la permanencia y la graduación, evidenciado en las altas tasas de abandono y bajas tasas de graduación. El contenido de esta presentación se estructura sobre la base una investigación realizada en el ámbito de una universidad de gestión estatal, la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aries, en la que se indagó acerca de los factores que favorecen u obstaculizan el tránsito de los estudiantes ingresantes y avanzados en diferentes carreras de la universidad. El estudio se basó en el reconocimiento de la complejidad y multicausalidad de los fenómenos mencionados, aunque sostenido especialmente en la necesidad de identificar las cuestiones relativas a las normas institucionales y las prácticas de los actores en la construcción del éxito y el fracaso de los estudiantes. El propósito es exponer un recorte de los principales resultados obtenidos en esa oportunidad con el propósito de incorporar discusiones en torno a los alcances y limitaciones de la investigación realizada así como de trazar posibles líneas de intervención en las instituciones a través de las cuales promover mayores niveles de democratización en la educación presencial y en línea. Se trata de un intento de articulación entre las políticas públicas y las políticas y prácticas institucionales en un contexto caracterizado por la coexistencia del dinamismo en términos de ampliación de derechos a la educación superior y la presencia de inercias en las prácticas de los actores que no logran eficacia en cuanto a mayores niveles de inclusión educativa. Específicamente, se propone incorporar la significación de la docencia y la necesidad de abordar campos generalmente desvalorizados en las culturas disciplinares y profesionales como el currículum, la enseñanza y la evaluación en un contexto marcado por la diversidad y desigualdad en el estudiantado universitario. El diálogo entre estas cuestiones y las problemáticas relativas al ingreso, la permanencia y la graduación son fundamentales en la definición de políticas académicas por cuanto en las representaciones de los actores institucionales y, en particular, en quienes desarrollan la enseñanza constituyen dos mundos divorciados sin que se advierta sus estrechas vinculaciones.