Desde el campo de las ciencias sociales y los estudios de infancia en particular, buscaremosargumentar sobre algunas preguntas teóricas y nociones metodológicas implicadas en el tratamiento de la agencia infantil en situaciones de subalternidad, a partir de resultados de nuestras investigaciones.La producción de la categoría infancia y sus reconfiguraciones se enlaza con un tiempo de larga duración y con procesos particulares de organización e integración social, en cuyos arreglos se ven comprometidas, aunque de modos inadvertidos, las propias prácticas de niños y niñas. Por ende, no es adecuado basar nuestras explicaciones y comprensiones en un ?niño universal? dislocado temporal y espacialmente. Al contrario, adscribimos a un enfoque situado que se define por la vinculación entre las prácticas de los sujetos, las temporalidades históricas y las heterogéneas condiciones de vida no como mero ?entorno? sino en tanto relaciones de poder estructurales en y entre los grupos sociales con efectos en la vida cotidiana. Asimismo, esta perspectiva en diálogo con lecturas feministas advierte que el conocimiento situado (Haraway, 1988) no supone directamente que este ?en alguna parte?, estanco, sino señala cómo el posicionamiento de los/as investigadores/as y sus preocupaciones se vinculan en la construcción del objeto en relación con procesos sociales particulares. Este saber parcial y corporeizado puede sostenerse crítico y objetivo en tanto produzca preguntas de investigación que pagan al descubierto las dinámicas de esos procesos. Por ello, ponemos en conexión diferentes tradiciones teóricas que en parte exceden nuestra región para indagar sobre América Latina y las transformaciones de la infancia, desde la segunda mitad del siglo XX y de acuerdo a la expansión de discursos y ámbitos que legitiman, no sin tensiones, la competencia y la participación social de los niños y las niñas (Vergara e Ibarra del Solar, 2017).