Una relevante literatura de género y desarrollo ha establecido el carácter restrictivo que para la autonomía de las mujeres ha tenido el lugar que les otorgan las TCI y las políticas de combate a la pobreza en general. Así, la maternalización de la política social conduce a la restricción de los roles sociales de las mujeres de sectores populares a su papel como cuidadoras.A su vez, los debates feministas en torno al lugar del cuidado en las políticas sociales, han tendido a colocar la cuestión del tiempo como un aspecto central para el logro de la autonomía de las mujeres, identificada en muchos casos como una cuestión vinculada con la inserción en el mercado de trabajo. Las necesidades económicas de las mujeres son puestas en debate por la literatura feminista en torno al reconocimiento de una pluralidad de posiciones sociales que exceden la maternidad, y de la inserción autónoma en el mercado de trabajo.Por su parte, tales necesidades adquieren, en el diseño de las políticas sociales actuales en nuestro país, un carácter secundario respecto de otras, tales como el cuidado infantil, la pobreza de niños/as y adolescentes, y en general, la protección de derechos de las nuevas generaciones, incluso si mediante retóricas muchas veces contradictorias con el propio enfoque de derechos. Los análisis de estos regímenes de bienestar tienden a seguir la advertencia temprana de autoras que señalaron el carácter contradictorio que adquieren los derechos de las mujeres y de los niños en las arquitecturas de bienestar. Yendo al ámbito de este trabajo, la provincia de Buenos Aires, es de señalar que las sutiles transformaciones en el ámbito de las políticas para la infancia planteadas por la nueva administración, conducen a considerar el endurecimiento de las "reglas de uso" de los programas por parte de las mujeres.