En la misma época en la que Storni trazaba algunos Bocetos femeninos en La Nación y Arlt inventaba sus diarias Aguafuertes en El mundo, Enrique González Tuñón escribía una importante cantidad de glosas en las que narraba las historias sugeridas por una gran cantidad de letras de tangos. Tuñón retomaba tangos clásicos, promocionaba otros nuevos incorporándose en una temática, el tango, con un lenguaje, el lunfardo, que ya formaba parte del diario Crítica. En el horizonte de los estereotipos femeninos y masculinos de la escritura de Storni y de Arlt, es que me interesa leer las glosas tuñonianas. Mi idea es analizar algunas de éstas publicadas en el diario Crítica, entre los años1925 hasta 1931, con el objetivo de leerlas en función de los modos de representación de la sexualidad. Pienso esta noción en un sentido amplio que contemple tanto su poder de construcción de las identidades humanas como su emergencia en recursos retóricos tales como metáforas, metonimias e ironías. Considero que uno de los efectos de la transposición de tango a glosa es la desnaturalización de ciertos mitos fijados por el tango. Enrique González Tuñón, por medio de la causalidad, complejiza los conflictos y desarticula ciertos enunciados relativos a la sexualidad, mitificados en el imaginario del tango.