¿Es el Estado un facilitador en las investigaciones para el desarrollo e intervención en comunidades? ¿Funciona el Estado como una unidad técnica o ideológica, al momento de diseñar políticas públicas? ¿Cuáles son los escollos que los investigadores encontrarán en un proyecto de investigación para la intervención? ¿Cómo se ubica el antropólogo trabajando en este tipo de proyectos? ¿Qué grado de independencia tiene el antropólogo en relación a sus múltiples empleadores en este caso el académico y la institución para el desarrollo? ¿qué dilemas surgen del orden académico, ético y político?. Esta ponencia busca reflexionar sobre éstos y otros interrogantes, surgidos durante una investigación llevada a cabo por una Universidad Nacional, a solicitud de un Gobierno Provincial en acuerdo con un Gobierno Municipal y financiada por un organismo para-estatal. Las expectativas e intereses de cada uno de estos actores, y de otros implicados, como los principales afectados, se manifiestan durante las distintas fases de la investigación. Las creencias, los miedos de distintos agentes estatales conforman miradas y prácticas en el territorio. Los sujetos estudiados, construidos en un principio desde las miradas locales, políticas y hegemónicas, no responden a dichas construcciones, ni vínculos, protestando de un modo silencioso las intromisiones. La accesibilidad al campo, a la información, el desarrollo de la investigación depende de las tensiones y conflictos entre los diferentes agentes, sus intereses particulares, distintos, los diferentes niveles de gobierno, en definitiva del Estado como campo de disputa y como organización que compite por la dominación de otras organizaciones de la sociedad .