Leer y escribir para aprender en las materias implica hacernos cargo de una intencionalidad educativa, la de favorecer con la lectura y la escritura mayor actividad cognitiva en las aulas. Sin embargo, varias publicaciones reclaman definición de los principios didácticos y rigor en la identificación de los logros en investigaciones sobre esta temática. El presente estudio describe de qué manera las prácticas letradas se entraman en una secuencia de enseñanza de Biología en dos escuelas secundarias. Del análisis de los registros de clase se observó un complejo de cuatro condiciones de didácticas que contribuyeron a desarrollar el potencial epistémico de la lectura y la escritura. En primer lugar, observamos la definición de un medio de aprendizaje que plantea un propósito reconocible y genuino para los estudiantes respecto de para qué leer y escribir. En segunda instancia, reconocemos la gestión de un tiempo didáctico que da lugar a extender la duración en clase de las situaciones de leer y escribir para aprender. Tercero, identificamos las acciones docentes que devuelven al estudiantes la responsabilidad por la resolución de problemas disciplinares mediante las prácticas letradas, pero al mismo tiempo guiándolas, modelizándolas. En cuarto, y último lugar, la posibilidad de que los alumnos asuman roles que mediante la lectura y la escritura les permitan evaluar y validar los conocimientos elaborados por ellos mismos. De esta manera, la presencia mutuamente determinante de estas características en las situaciones de enseñanza dio lugar a mayor actividad cognitiva por parte de los estudiantes.