La dinámica del sector agropecuario y la política oficial en el periodo de 1940-1970, condujeron a: a) el desarrollo de la agricultura de riego temporal; b) el impulso a la producción agropecuaria de exportación de la de mercado interno; c) la extensión de la ganadería y forrajera, en detrimento de la agricultura y de la producción el consumo humano, d ) la expansión monopólica y transnacional agroindustrias que interceptan, desvían y encarecen los bienes popular. Y todo esto expresándose en la sobreprotección institucional a los empresarios agrícolas, a la gran propiedad ganadera y al capital agrocomercial y agroindustrial, que contrasta con el desamparo a la pequeña y- mediana producción campesina, la cual no sólo ha carecido de apoyo oficial, sino que ha sido exprimida por una política de precios claramente desfavorable. El resultado de este proceso es la crisis de producción que se anuncia desde 1965 y estalla en la década de 1970. La crisis no sólo es productiva, sino ante todo social y tiene en el movimiento campesino de esta década a un protagonista notable y singular que clama su lugar en la estructura económica de México.