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Archivo blog, blog archivo Una lectura de No hay tal lugar, de Cristina Rivera Garza
Olaizola, Andrés.
Revista Luthor, núm. 44, 2020, pp. 1-14.
  ARK: https://n2t.net/ark:/13683/pBVc/yka
Resumen
En Los archivos. Papeles para la nación, Juan José Mendoza (2019) relata varias escenas en donde los archivos (institucionales, personales, editoriales) consignan textos manuscritos de diversos escritores/as latinoamericanos/as: el intercambio epistolar entre Alberto Manguel y Manuel Mujica Láinez; la visita a la Firestone Library de la Universidad de Princeton, donde se resguardan manuscritos de Alejandra Pizarnik, Ricardo Piglia, José Donoso, Octavio Paz, Reinaldo Arenas, entre otras y otros; las trayectorias (del manuscrito original de Rayuela, pero también de las lecturas, las estructuras y los personajes de la novela durante el proceso de su escritura) del Cuaderno de bitácora de Rayuela; las huellas de la errancia de Néstor Sánchez en sus cartas y cuadernos, etc. No es un dato menor que hemos seleccionado instancias en donde “lo archivable” y lo “archivante” giran en torno a documentos manuscritos: diarios íntimos, borradores, cuadernos de notas, cartas, papeles sueltos. Evidentemente, la cuestión del soporte de los escritos archivados repercute en cómo se compila, se accede y se investiga los documentos. A este aspecto habría que agregar que la propiedad y la responsabilidad de la guarda de ese archivo no solo implica dónde se encuentra físicamente, sino también la decisión de qué se puede leer, o mejor dicho, de qué se puede reproducir (Mendoza recupera, por ejemplo, la negativa de los herederos de Pizarnik a que se den a conocer secciones, años enteros del diario privado de la escritora, ya que horadaría su “imagen” literaria). Con estas consideraciones en cuenta, Mendoza (2019) explica que pergeñar un determinado tipo de archivo es “poner en escena una forma de leer”; de igual manera, recorrerlo también implica que se ejecutan perspectivas de lecturas. Este planteamiento se complejiza aún más cuando consideramos que nuestro presente pone en escena muchas maneras diferentes de leer y de archivar (p. 224). Si en la esferas artística y literaria, las escrituras y lecturas en los entornos digitales han transformado las estéticas, poéticas y retóricas, también ha derivado en que el concepto de archivo se problematice. ¿Operan de la misma manera los procesos del archivo en las colecciones, en los archivos digitales personales de los/as escritores/as? ¿De qué manera “salen” documentos del archivo hacia otros medios, hacia textos en otros soportes? A continuación, tomaremos estas preguntas (para formularnos más adelante otras) como punto de partida para leer el blog personal de la escritora mexicana Cristina Rivera Garza.
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