La propuesta central de la tesis fue entender qué lugar ocupa la música tropical en las vidas afromexicanas de la Costa Chica, qué sentido le da la gente afrocosteña, qué les hace sentir. Pero teniendo en cuenta, además, la cualidad abyecta de esta música y la consideración estereotipada sobre “lo negro” y “lo afro” que impera en una sociedad racista como la mexicana. La vía epistémica y metodológica para abordar esto fue a través de la afectividad encarnada, entendida como esa consciencia originaria de mundo, con la que lo dotamos de sentido y también a los demás existentes; a partir de la cual les ubicamos en tal o cual sitio, les ordenamos amorosa u odiosamente (o en un lugar dentro de ese espectro). Entender lo afectivo como sentido en y con el cuerpo, la primaria matriz cultural, como dicen otros autores, que nos orienta en esta vida compartida. Y en tanto se trata de una existencia abierta a los otros, la afectividad encarnada también tiene un talante netamente político: porque guía nuestras relaciones con los demás, relaciones en las que la diferencia aparece como criterio de exclusión y violencia, fraguando así jerarquías y asimetrías de larga data histórica. Así, este trabajo conjuga el enfoque de la afectividad encarnada con la posición epistémico-política del antirracismo y la descolonialidad.